Al inaugurar el siglo XXI, la sociedad en su conjunto, asistió, impresionada, a lo que sería un nuevo cambio de época del mundo moderno; muchos, plagados de temores ante un destino incierto; pero siempre en el afán de evolucionar hacia tiempos mejores.
De un momento a otro, asistimos a la nueva realidad: El mundo digital en evolución exponencial y de desarrollo y crecimiento sostenido y permanente; una revolución de las estructuras profundas de la convivencia social en comunidad y el diálogo fluido de comunicación con el otro para fortalecer cada aprendizaje que exige la actual realidad del tiempo contemporáneo.
Durante décadas, nuestro niños estudiante asistieron a una formación escolar estructurada desde el hacer de un docente que actúa como líder y guía de una clase, el cual, en el tiempo moderno en que vivimos pasa a formar parte de las comunidades escolares vía telemática y remota, pues debemos suspender, a partir de marzo del 2020, las clases presenciales y reconstruir y estructurar una plataforma digital para mitigar las carencias de aprendizajes.
Hoy, en la plenitud del 2021 y en época de crisis producto de la pandemia del Coronavirus, observamos a nuestros niños nativos digitales con asombro ante la versatilidad de acciones que el horizonte digital ofrece para establecer nuevas y mejores alternativas de trabajo pedagógico lúdico y de juego para la primera infancia.
En la actualidad, los infantes, desde los primeros años de vida, usan elementos tecnológicos y electrónicos, fundamentalmente, para interactuar en juegos, escuchar música y presenciar dibujos animados, los cuales se encuentran dispersos por la red y los niños pueden acceder a ellos con el auxilio de los padres o tutores.
En época de pandemia, la versión de clases telemáticas que muchos colegios han implementado para la ejecución de actividades curriculares, permite la continuidad de la planificación de clases y el reforzamientos de aprendizajes ya adquiridos.
Nuestros niños transitan por las carreteras de la red global de comunicaciones sin mayor dificultad, la formación escolar dual, que ofrece la internet, permite el diálogo estrecho con las comunidad educativa, aceptar o rechazar tal o cuál acción y fortalecer estrategias de educación escolar mixta; esto es, clases presenciales de manera paulatina mientras fortalecemos la contención del Covid-19 y educación remota telemática.
El sistema escolar no volverá a ser el mismo, la comunicación a distancia y el diálogo a través de instrumentos técnicos y tecnológicos es una herramienta que permite optimizar el tiempo de formación escolar. La interacción de los niños, a través de elementos tecnológicos,nos sorprende; pero, es la sociedad en su conjunto la que ha modificado su estructura interna y nos permitirá enfrentar, con mayor preparación y experticia, el revolucionario tiempo que se avecina para nuestra humanidad.