“Cuando el ejército vencedor desfiló por Santiago, el General Dinamita desfiló a caballo con sus muletas en el arzón de la silla, mientras bellas damas alfombraban con flores su camino”.

Sobre la vida y las hazañas de Arturo Villarroel Garezón, héroe bautizado por el pueblo como “El General Dinamita”, Vicuña Mackenna publicó…

“No conozco en Chile una vida más heroica ni más apenada, ni más andariega, ni más romántica, ni más llena de aventuras … que la vida de Arturo Villarroel…

Comprometido el padre de Arturo Villarroel en la revolución volcánica de 1851, huyó aquel a Perú, llevándole consigo junto a su hermano mayor Aníbal Villarroel, valiente mozo que murió temprano y en el grado de coronel en el ejército del Perú.

Arturo fue colocado en un colegio de Lima por influjos de Francisco Bilbao, pero allí huyó para tomar parte en la famosa y mal aventura expedición chilena que el general Flores llevó a Guayaquil en 1852.

El futuro “General Dinamita” tenía entonces 13 años, y el estallido de una bomba que reventó sobre la cubierta del buque en que servía le desbarató dos dedos de la mano derecha.

Terminada trágicamente aquella calaverada del pretendiente Villarroel se embarcó para Cantón en un buque de don Domingo Elías, opulento hacendado de Ica que iba a traer chinos, a su regreso, después de un año, emprendió un segundo viaje a Australia y un tercero a Nueva York…generalmente sin sueldo y sin más objeto que rodar tierras y rodar mares…

Cansado del mar, vínose entonces al Perú en busca de su hermano Aníbal que era ya sargento mayor del ejército y se había casado con fortuna en Arequipa, gracias a la protección del general Vivanco, de quien era acérrimo partidario. La esposa de Aníbal Villarroel era una señorita Gameo.
Pero Arturo Villarroel no había nacido para la sosegada quietud de los poblados ni el prestado regalo del ajeno hogar; y después de haberse internado por el Cuzco hasta las fronteras del Brasil, en busca de minas de oro, que no halló, vino a salir de vuelta por el Tucumán, donde hizo de arreador de ganados a Tarapacá, a Arica, a Puno, y hasta Arequipa.

En 1861 lo encontramos en Santiago, viviendo en el barrio de San Pablo, donde hoy habita y enseñando gratis o por lo que buenamente le daban…

Con motivo de la exposición de 1875, Villarrroel hizo un tercer viaje a su país favorito, y residió de preferencia en Filadelfia, la patria de su progenitor en espíritu, el cuáquero Guillermo Penn. ¡Y cosa más admirable!, vivió allí dos años como delegado de Chile, sin sueldo y sin más recursos que su saliva e inglés.

Villarroel regresó a Chile con seis mil volúmenes de libros…que repartió en las sociedades de instrucción primaria, en la Universidad, en las escuelas municipales…quedándose como de costumbre, con las manos vacías.

Volvió Villarroel a sus clases de idiomas en las casas y colegios de Santiago hasta que estalló la guerra y voló (a manera de polvorazo) a las batallas y sus campamentos…y por último a Arica como si hubiese llegado en alas de dinamita, a la cumbre del Morro.

Nombrado en esta plaza, capitán de pontoneros ad honorem,…y descubrió las cuatro baterías eléctricas que habían servido para su defensa.

De Arica marchó el capitán Villarroel a Pisco, y organizó ahí su brigada compuesta de 10 pontoneros y 50 asiáticos, sus antiguos conocidos de Cantón, en 1853.

El capitán Villarroel perteneció a la primera división y fue nombrado guía, práctico y vanguardia a pie de la atrevida marcha de Pisco a Lurín. Fue Villarroel, con su incansable industria y enérgica inventiva la providencia de la división Lynch en su marcha por el desierto…

Cuando el infatigable Dinamita llegó de esta manera a Lurín, dio cuenta de sus trabajos, y para su satisfacción recibió la siguiente honrosa respuesta: Ministerio De Guerra y Marina. Campamento de Lurín.

Diciembre 20 de 1880

He recibido las notas de Ud., fechadas el 23 de noviembre y 29 del presente, dando cuentas de su trabajo. Ellos están conformes con los datos oficiales que este ministerio tenía, y deja satisfecho al que suscribe del modo como Ud., ha cumplido con su deber.

Usted pasará a este ministerio una relación de los asiáticos que tiene bajo sus órdenes para ordenar que se les abone su correspondiente sueldo.

Dios guarde a Ud
J.F. Vergara

Marchando delante de la división Lynch con su legión pedida en préstamo al celeste imperio…
Perdió así en la batalla de Chorrillos tres de sus chinos y un pontonero. Pero en la tarde del día 14 entregaba al coronel Lagos 39 prisioneros, tomados por su gente, y 435 bombas y tarros de torpedos…

En Miraflores la conducta de Villarroel fue desde todos conceptos digna, no de pobres muletas, sino de una corona de oro…deslizándose como gato por el suelo, y en medio de un aguacero de balas iba con su afilado corvo cortando los alambres, como quien va amarrando lechugas. Herido en el talón, cual Aquiles, al principio de la batalla, volviéndose a retaguardia a hacerse curar, y montado otra vez a caballo siguió su tarea hasta caer junto con éste, derribado sobre los rieles y con una pierna destrozada por el plomo.

Llevado al hospital de sangre Escuela de Cabos, disimulada portada del Panteón, la fiebre se apoderó de su trabajado organismo, y después de indecibles padecimientos cojo, demacrado y paralítico, fue traído a Chile por el mes de Abril.

Recogióle en Santiago su amigo de infancia, geógrafo como él, y allí sentado entre dos muletas y vestido con la burda y raída túnica de simple soldado (su único ajuar), hemos tenido la melancólica satisfacción de estrechar la mano paralizada del amigo, del capitán y del patriota.

El Excelsior de la gloria no estaba escrito en la pálida frente de nuestro amigo, pero brillaba todavía como un rayo de fuego en su negra pupila, al recordar la grandeza del ejército, sus hazañas inmortales y…el pago de Chile! .

Por Editor

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